Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

domingo, 31 de marzo de 2019

Mis expectativas siempre fueron demasiado altas.

Nunca nadie me decepcionó, nadie debió hacerlo... Estoy segura.

Definitivamente asumo mi papel de soñadora e incluso de ingenua; he decidido por cuenta propia creer en las personas y me he mentido incontables veces en el afán de seguir creyendo en ellas, aunque sinceramente la pelea con mi inteligencia me ha dejado exhausta, debido a que creo (con algo de soberbia) que siempre conozco la respuesta. 

Hace unos meses cuestioné mis expectativas en cuanto a todo... Incluso pensé en los amaneceres y en el aire frío del verano... Entonces, caí en una profunda decepción en cuanto a todo y sin más, viniste a mi mente en un instante. 

Siempre perfecto en cuanto al hablar y qué decir, tan propiamente adecuado para cada situación, para cada persona, para cada revolución, para cada injusticia. No puedo negar que siempre que hablan de guerra y afán, pienso en ti y me inmiscuyó en mis pensamientos más íntimos para reconstruir las conversaciones pasadas y recordar tu sencillez para hablar de cosas complicadas, sin mínima señal de ser el mejor o pretender serlo. Con nadie más que contigo, me ha parecido elegante hablar de cigarrillos y licor y tampoco he visto tanta pasión por defender un ideal...perdido. Hasta ahora no podría mencionar porque te amé tanto a pesar de todo y porque hasta ayer creí escuchar que decías mi nombre, pero estaba sola... Al final me decepcioné porque creo que te decepcionaste de ti mismo. Jamás pensé que terminarías cediendo ante aquello que te fue repulsivo durante años y que tu corazón débil e incrédulo, podría llevarte hasta donde estás ahora. Es dulce la memoria cuando te recuerdo vivaz, en medio de aquel deleite compartido... Pero tras esas memorias impecables, termino por perder la fe, porque eres pero ya no existes.

La semana pasada terminé por octava vez tu libro favorito y por todas partes busqué la receta para avivar ese fervor perdido, pero no la hallé... Creo que en realidad nunca fue un buen libro...






  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por leerme!