El costo de tu sensualidad
es el hastío.
El es silencio mi antídoto
contra tu voz.
Y si mi vigilia se duplica,
sé:
Miré tus ojos.
La soledad encarna en mi alma,
es delicia selecta
por mis placeres
más profundos elegida.
El dolor incandescente
asecha con iluminar
a mi sosiego,
seduce con
entibiar a mi corazón
entumecido.
No me resisto.
Cada rayo irradia
tu recuerdo adolorido.
Y no te quiero,
porque no te quiero.
El costo de mi penumbra
es la paz... el silencio,
mi antídoto contra tu voz…
Y no te quiero,
ResponderBorrarporque no te quiero....