Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

sábado, 18 de octubre de 2014

Gamas

Un manto ceniciento
cobija a otro Agosto,
serpentinas cósmicas
destellan, enraízan
se delinean con esbozo;
siguen la cadencia
de melodías estridentes,
caen, izan al cielo,
iluminan a mis ojos.
Suspiros incandescentes,
lumbreras fugaces,
matizan de violeta
el cielo de este ocaso
a instantes plateado,
grisáceo y moribundo,
que precipita su melancolía
sobre los manzanos
y sus frutos;
las gotas palpitan y
se entierran en los charcos,
mueren y renacen
como un todo en los baches
de suelos profundos.

lunes, 14 de julio de 2014

Un sorbo de vainilla diluida

Dos cuarzos ámbar
fijos
en escleras nevadas,

tiritan,

insinuantes me miran,

tímidos,  

ruborizan mis mejillas.  

…hablan
mucho cuando callan…

Gotas
de nítida champaña
erotizan
a la noche

y

desnudan
a mi alma
                 sin tentarla

hurgan
entre mis deseos cuando
agitan    

sus pestañas […]  

sábado, 24 de mayo de 2014

Dices.

Dices
tanto cuando no dices nada.

Dices
con tu cuerpo temblando,
enardecido, delicioso,
discreto, anaranjado,
aventurero junto al mío.  

Dices
con tus manos cálidas,
ladinas, silenciosas,
altivas, lascivas,  
versadas en caricias.  

Dices
con tu lengua traviesa,
suculenta, venenosa,
trepadora, cual enredadera
tórrida cuando besas.   

Dices
cuando bailas, con tus
caderas deslizas al viento
fornicando, bailas y
dices, siempre dices y dices.

Dices
con tus ojos profundos,
mentirosos, tímidos,
indiscretos y fugaces,
alusivos para am [darte].

Dices
con tus movimientos,
con el desliz de tu cuerpo
sobre el mío y hasta
cuando paras… dices.


 No pude terminar. 


miércoles, 2 de abril de 2014

Viaje

Mis pensamientos eriales
hoy contigo se siembran,
cuando recuerdo tu aspavientos
la desolación en penumbra:

-me besa-

Escalofríos de “amor”
con lienzos de dolor
retoña en mi clamor

siento

tu tristeza en mi interior.

Finura en tus ojos,
torpe elegancia en tus manos,
carcomes mis labios,
añoro ser esa paz de tus llantos.

Mirada pobre
ilusión,
hastío
tu dueña tiene un corazón
que no palpita a tu oído,
razón maldita es su voz,
tu amargo castigo.

Te llamo: Playa


Algas marinas las de tus ojos,
el alba las mecía con llovizna a su antojo,
con mística brisa las clavaba en mi rostro
y mi risa crecía, si perdía la conciencia
en el mar de tu finito contorno.

La playa es tu piel, arena blanca
que desmorona mi soberbia,
lunas de abril que tapizan tus huesos,
son alfombra del calor que ampara a tu cuerpo.

Las olas: tus sigilosas carcajadas,
desde tu boca nacen
y terminan en mi espalda,
para ser verso de ésta noche,
para estremecer mi calma,
entretejen un suspiro en mí,
después las arrastras.

El sol deshilas todas las mañanas,
algunas hebras tomas,
las haces tus pestañas, tejes tu cabello,
enciendes mi alborada,
te atreves a ser candileja de mis ansias.

La marea es esclava perpetua de tu respiración,
sube o baja,
pero abandona tu pecho o arriba mi ilusión,
cuando un suspiro alargas,
cuando el mismo aire, tuyo o mío
simplemente se “acompañan”.

Eres playa, te llamo: Playa, porque [...]

El final, me lo reservo.

martes, 14 de enero de 2014

Desierto

Sobre las sabanas
tu piel de cebada
he destilado hasta ginebra,
bebo de tu cintura
aquel licor
que en mi garganta
se vuelve hebra de voz,
un gemido de ardiente
cadencia;
recorro tu pelvis,
limito con mis manos
tu árido pecho,
tus piernas,
tu suave entereza,
así recorro tu desierto
hasta anclar mi boca
a tu oasis con lengua.
Sobre mi cuerpo,
tu cuerpo frágil
es túnica que recubre
a ésta mujer frígida
en tu ausencia,
pero te miro y la
brisa hierve,
tu avidez me vuelve
fiera;
y así,
te encuentro desnudo
sobre las sabanas,
tu piel de cebada
quiero destilar hasta ginebra… […]

¿Casi casi?

Lo tomé casi fuerte del brazo, quería sentir su piel exquisita antes de decirle: Miserable.

En un intento por rescatar “lo” que agonizaba, lo besé. Sacudió la cabeza como arrepentido, como odiando, como con desamor, como con tristeza…y antes de que mi lengua se ahorcará con la suya me sostuvo fuerte por la cintura y me alejó de su cuerpo en llamas. Pero yo, pero yo… perdida NO ERA YO. Enloquecida de pasión, de deseo, de calentura o de “¿amor?”, desabroche su camisa no sé como, perdí la ternura para remojar a mi cuerpo de astucia y lascivia, para recibir en la boca aquél trozo de placer que entre sus piernas ofrecía. Casi por años apaciguaba mis ganas con una simple mirada insinuante. Casi por años pensé que estaba enamorada, pero en estos momentos casi no sabía de pensamientos razonables y seguí. Así fui yo, como amante inexperta de caricias, de placeres y de cigarros; no sabía si besar aquí, allá o mirar el lejano horizonte de sus ojos que casi perdía mientras besaba su vientre. Casi me iba a tirar a éste hombre casi indeciso, ¿O ya me lo estaba tirando?...Ya casi me iba a tirar al hombre que desde que le había quitado la camisa decía ¡NO!, pero no se iba, más bien se venía entre mis pechos y decía como desquiciado pero casi en silencio:-¡Detente![…]. Ya casi me lo tiraba cuando le dije:

-Te amo

No sé si lo dije por error o porque no sé que se dice mientras casi te tiras a alguien o porque el alcohol para niñas es peor cuando se toma con refresco o simplemente porque me di cuenta de que en si, no era su carne lo que más deseaba, pues al verlo sobre el sillón casi desnudo no quería seguir tras mi deseo, más bien me deleitaba mirando sus paisajes íntimos, los estaba contemplando, volviéndolos míos para después recorrerlos con los ojos... nada más, con los puros ojos… más puros que con ojos… fue cuando me di cuenta de que estaba casi enamorada.

Después de decirle: -Te amo- se apagó la hoguera que ardía en sus ojos, las manzanas que colgaban en su rostro palidecieron, dejó de respirar, de sentir, de engañar a su ---- mientras complacía a su cuerpo.

Entonces el silencio acostumbrado invadió el espacio entre mi cuerpo y el suyo, separamos las pasiones, nos sentamos de lado a lado, me tomó de la mano sin mirarme siquiera y así permanecimos callados por casi tres horas… comenzó a llover como casi nunca llueve en febrero y mientras yo era el ser más feliz en la tierra, él se quedo dormido.