Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

domingo, 17 de febrero de 2013

Hombre
usted peca de picardía
peca de pasión
peca de deseo.

Una blasfemia es su
belleza,
bendita tan maldita
sensación.
Hombre, usted hela
entre sus brasas,
no sonríe, es confusión,
el vino, el vodka,
no son nada,
su silencio es más atroz.
Eleve el rostro
su ruin mirada,
Levante los ojos,
no se calle, revolucione
ésta pasión,
pero usted es una baraña,
mi veneno, una ilusión.

Varada

Sostengo el cigarrillo en los labios,
sólo por silenciar mi deseo,
no vaya ser que te diga:
- Necesito la aridez de
tu piel desierta de cobijo,
respirar tu aliento y
saborearlo en la garganta,
leer el placer en la noche de tu ojos
y acariciar tu todo sin estar enamorada,
deslizar el cabello de tu frente,
besar tus manos,
luego tu cuello, tu pelvis,
tu espalda varada,
después llegar a tu boca y
detener mi pasión desenfrenada,
porque no te beso ni en sueños
nefasto,
porque sólo te deseo y me arriesgo
a ser un gemido en tu cama,
porque eres sólo pecado en mis ojos
 y yo para ti no soy nada.
Y cuando el humo se consume,
me voy, temo decir aún más
palabras.