Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

lunes, 3 de junio de 2013

Jueves tres



Jalea de lavanda, púrpura color de otoño,
urdían juntos en el alba, un amor que odio,
ensimismada en tu sonrisa
veía en el cielo gris una herida, que
en tu aroma se fundía por tu cabeza
sobre mi pecho sentir y nada dolía.

Tres días habían pasado, desde el
renacer del mes que se advertía frío,
eso una insolencia fue, tu calor
sobró aquél día en el que tú te hiciste “mío”.

Dedos impacientes peinaron tu cabello
el mismo que inició todo mi revuelo.

De ti, esa tarde quise todo,
inmacular tus labios de toda nostalgia,
ceñir tu cuerpo con mi naturaleza agitada,
intentando amar lo que la vida me regalaba,
era el obsequio más bello de toda alborada
mirando tus ojos me sentía tu ama
balanceando mi voz al ritmo de tu
risa caprichosa, que delataba a
ese niño que llora con una simple oda.

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