Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

DE LOS HOMBRES Y SU DEFINICIÓN-PARTE VI

¿Cuál entonces es la diferencia entre un hombre
ambiguo y una bella mujer?, tal vez es costumbre
una ves más decir que en una mujer la diferencia se descubre
sin tanto buscar, su corazón es el más noble aun cuando la cubre
algarabía tan amarga como las palabras de un hombre
nómada, el cual el olvido traga sin triza de pesadumbre.

Si bien, ahora sabemos que un hombre es hielo,
umbrales de fuego les regalemos, desde el cielo
su nombre hay que gritar y busquemos a Dios para un duelo
de mil días comenzar, para preguntar con que anhelo
o razón nos castigo de tal manera, el probar una manzana anzuelo
sagaz fue y el castigo se forro de rasposo terciopelo.

Buenos días te dice y te besa la mejilla,
reclama tu ironía si lo amas sin medida, es rencilla
amordazarte la que desprende una lagrimilla,
zampar tus caminos quiere, y si te dice que amarilla,
obscura y triste es el alba, tu ríes y una balla
sostiene sus mentiras, tu le crees por temor de que se valla.

Lo que nunca entiendo del juego de
un hombre, es el porque de las palabras que esconde,
es que pareciera que a veces se funde
gentil en melancolía, si te marchas se pierde
oblicuo en la aurora, creo se siente fuerte desde
aquel momento en que te asfixia con mirada cobarde.

Martillan en tu frente su recuerdo,
insisten en no hablarte y un estruendo
ruge en sus besos. ¡Estoy harta de aquel cuerdo,
astuto y vengativo golfo! ¡Camina a mi lado
reflejando superioridad, siente que sin el mi mundo
y sus ríos pueden terminar!, camina en silencio, camina mudo

ríe con miedo y se que en el hay un vacío,
en sus pasos amargos y cabello lacio
inminentes frases de mi versar recuerda, bullicio
restriega su corazón el haberme perdido y el vicio
de tal se me ve arrumbado al no encontrar el cilicio
encadenado que mi voz sosegaba con armisticio.

Tanta palabrería ahora ya no importa,
un día me sentí absorbida por la reyerta
culminante al no poseer su sombra,¡Harta,
asqueada y aburrida de su recuerdo mi mente desierta
riega su memoria, ¡Ahora muere, tus venas si quieres corta!
a mi ahora me sobra orgullo, y tu ser a mi es vilorta.

¡De ti este día ya no quiero nada!,
escúchame mujer, tu no caigas con esa piel apiñonada
a un infierno que en silencio te mata, no vivas afanada
mañanas enteras en un hombre que te mantiene aforada.
obtiene cuando quiere la sonrisa azucarada
rodeada por sus caprichos y la convierte en borricada.

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