Escribo, pero nunca dije que lo hiciera bien.

domingo, 29 de agosto de 2010

DE LOS HOMBRES Y SU DEFINICIÓN-PARTE II

Y creí velar sus quimeras, fui su dueña
burlando el miedo y aún así se empeña
en olvidar aquel cuento, pero sé que extraña
bailar con el viento, sé que extraña
estas tristes liras, sé que extraña
su risa y la mía, sé que aún me extraña.

Uñas amarillas desgarraban su entorno,
navegando por su sangre me vi sin un retorno,
pintaba con desaire su finito contorno;
oscuro era mi eventual trastorno,
con su imagen mi mundo se torno
otero de lagrimas y un soborno.

Delinee sus labios con mi mirada,
era exquisita la forma en que arrumbada
la dicha en mi era arrancada,
vigilaba la finura de su piel tostada,
incesante fue la excitación por la que fui atestada,
de día, de noche no había calma, fue derrotada.

Divaga en el anhelo de su sexo tocar,
era su cuerpo una vigilia con miel, que atacar
era mi objetivo, y sonsacar
suavemente al éxtasis estancar
a un juego de placer sin final y derrocar
sus ganas y las mías y juntos un suspiro sofocar.

Gárgaras de amargura difuminaban
aquel deseo, mientras gotas de agua cantaban
rumiantes melodías que su espalda bañaban,
recorriendo lo que mis manos anhelaban,
a ellas odiaba, ¡Con descaro lo palpaban!
súbitas ignoraban mi sentir, se deslizaban.

Quería ser su esencia de vez en cuando,
unida a su ternura, jadeando
enamorada del deleite, besando
su viril abdomen, conjugando
ojos que placer esconden, murmurando
nítidos silencios que viví contando.

Vivía en orgasmo sumergida,
estando en su regazo no encontraba la salida,
necesitaba su figura diluida
en un vaso de licor y embriagarme cálida
nacarando las paredes de su huida
opacando su sonrisa gélida.

Quise sus labios besar un día,
un momento solo quería,
enredar mi lengua en la escoria
rutilante de su boca, ahora sé que moriría
o lloraría si se repitiera esa vigilia de histeria
en intentos fallidos, pues jamás lo besaría.

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